Nuestra ciudad tenía dos cines, el Belgrano y el San
Martín. Así como los porteños tenían su calle Lavalle, la “calle de los cines”,
que los fines de semana reventaban de gente, los ramenses no teníamos necesidad
de corrernos hasta el centro. Por aquellos años, casi todas las localidades del
conurbano tenían sus propias salas de cine, más tarde, el auge de nuevas modas
y el avance tecnológico las fue llevando paulatinamente a su cierre. El video y
los videoclubes colaboraron para que paulatinamente la gente se fuera alejando
de ellos, muchos se reconvirtieron en templos evangélicos, otros tantos
cerraron definitivamente y algunos pocos, estoicamente enfrentaron la crisis y
subsistieron. En nuestro caso, primero cayó el San Martín.
El cine San Martín estaba en la calle Mitre, en el
mismo edificio donde funciona el Bingo. En ese solar, propiedad de la Sociedad
de Socorros Mutuos de Ramos Mejía, cuando era cine teatro, supo cantar Carlos
Gardel. La acción decidida de un vecino, Norberto Frasisti, permitió que cuando
se cerraron las puertas del cine definitivamente, se rescataran sus butacas.
Después de muchos años, cuando se terminó la
ampliación de la sede de la Sociedad de Socorros Mutuos de San Martín 390, las
butacas volvieron a ser utilizadas. El micro cine de esa institución las
rescató del polvo y el olvido.
El cine Belgrano, cuyo local es hoy utilizado por la
empresa Musimundo, era de categoría superior. El Belgrano, nada tenía que
envidiarle a sus hermanos mayores de Lavalle: poseía un gran hall, rodeado de
dos escaleras a ambos lados por las que se accedía al primer piso.
Por el Belgrano pasaron, además del cine, las más
grandes figuras del espectáculo de los años setenta. Cuando éramos chicos y
concurríamos a ver el cine continuado (las funciones eran de dos películas
seguidas) nos divertíamos jugando a “buscar la palabra”. En los telones que
cubrían la pantalla, los cines solían tener las publicidades de los comercios
del barrio; al azar alguno de nosotros elegía una palabra de las publicidades y
el resto tenía que encontrarla antes de que empezara la proyección, mientras
degustábamos los maníes con chocolate.
Para no cometer una falsedad, debo mencionar una
tercera sala que hubo en nuestra ciudad, el Cine Ramos Mejía, situado en parte
de los que hoy ocupa la casa deportiva Madeo, inmueble propiedad de la familia
Lynch. El cine Ramos Mejía, era conocido como “la piojera”, según me refiriera Eduardo Harboure.
Su techo era el característico tinglado inglés que
se iba cerrando hacia el medio, es decir a dos aguas, en cuya cumbrera tenía
una claraboya sobrepuesta, la que podía ser abierta, permitiendo de esa manera
ver el cielo, en días de buen tiempo.
La
piojera, pasaba tres películas en continuado y era el lugar elegido por los
jóvenes estudiantes secundarios para esconderse durante sus rateadas.
Citar al Club Estudiantil Porteño, cuya cede inicial ocupaba las manzanas entre las calles Mitre,Pueyrredón,Cabral,y Lavalle. Entrada por Mitre, la plaza es original del arbolado del club.No existía la calle que une Moreno con Las Heras,se interrumpía entre Pueyrredón y Cabral. En la 2da mazana,estaba la cede, canchas de tenis y de bochas.en la manzana ,Corrientes,Cabral,Pueyrredón ,Lavalle,estaba la cancha de fútbol, para pasar de la cede tenia un túnel debajo de la calle que comunicaba con la cancha .Tenia estadio de madera y participaban los principales equipos de la época. Alumni fue uno de ellos. cito que los colores de la camiseta fue cedido al club San Lorenzo de Almagro. en verano había un jardín de infantes, al cual asistí. Luego se mudo al lugar actual, Ramos Norte.
ResponderEliminarGracias por su atención.