Las familias argentinas disfrutaban del televisor como medio de distracción; esas grandes caja de madera con sintonizador manual de sólo cinco canales y estabilizador de tensión, empezaron a imponer en los primeros años de la década del setenta programas musicales para la juventud: “Música en Libertad” y “Alta Tensión”, aunque también los mayores tenían su oferta, “Grandes Valores del Tango” y “Asado con cuentos”. Es la década en que se inician las transmisiones deportivas, desde Alemania se televisa el mundial de fútbol de 1974, las carreras de fórmula 1 con Lole Reuteman y los combates de Carlos Monzón y Víctor Galíndez nos mantenían atados a nuestras sillas cuando ambos subían al ring.
Por aquellos años, las primeras horas de la tarde y el horario central de la noche, fueron copados por las telenovelas: “Rolando Rivas, Taxista”, “Pobre Diabla”, “Dos a quererse”, “Piel naranja”, “Pablo en nuestra piel”, “Estación Retiro”, “Me llaman Gorrión”, “Papá Corazón”, “Malevo”, “Un mundo de 20 veinte asientos” y “Carmiña” entre tantas otras. Así, la televisión se nutrió de una nueva generación de actores: Claudio García Satur, Arturo Puig, Claudio Levrino, Alberto Martín, Arnaldo André; y actrices como Soledad Silveyra, Thelma Biral, Beatriz Taibo, Gabriela Gilly y María de los Angeles Medrano.
Lamentablemente la televisión no pudo escapar del devenir político del país, tan es así, que cuando se sucede el golpe de estado de 1976, los canales, hasta ese momento en manos privadas, pasan a manos del Estado, de tal manera que las fuerza armadas se reparten un canal para cada una. A pesar de ello, uno de los máximos capocómicos argentinos pudo mantener su programa en el aire durante esa nefasta época: “Tato” Bores, con un altísimo nivel de humor, nos abría los ojos y nos hacía reír.
En esa década, con otro estilo de humor al que los argentinos parecemos habernos acostumbrado después de los noventa, nos entreteníamos con “La Tuerca”, “Humor Redondo”, “Hiperhumor”, “Polémica en el Bar” (con la inolvidable participación del inventor de la sanata en la televisión, el genial Fidel Pintos). “Operación Ja Ja”, “No toca Botón”, “El Chupete”, “Porcelandia” y “Fresco y Batata”, entre tantos otros.
Sin computadora ni Play Station, los chicos de esa época nos entreteníamos viendo a “Titanes en el Ring”, “El Club de Hijitus”, “El Circo de Gaby, Fofó y Miliky”, “Señorita maestra”, “Viendo a Biondi”, “El Circo de Marrone”, “Las Aventuras del Capitán Piluso”, “Las Aventuras del Zorro” y “El show de los Tres Chiflados”.
Los unitarios tuvieron su máximo exponente en “Alta Comedia” por Canal 9 y “Cosa Juzgada” dirigida por el recordado David Stivel, con los mejores elencos de la escena nacional como protagonistas. Las comedias “Viernes de Pacheco”, “Teatro como en el teatro”, “Gorosito y Sra.” y el “Teatro de Dario Vittori”, ponían humor a la televisión.
Los programas informativos, periodísticos y de interés general como “Derecho a réplica”, “Tiempo Nuevo”, “Pinky y la noticia”, “Buenas Noches, Argentina”, “El Abogado del Diablo”, “Mónica Presenta”, “La hora de Andrés”, nos mantenían informados. Jorge “Cacho” Fontana, trazó un antes y un después en la televisión al crear “VideoShow”, ya que fue el primer programa en utilizar una videocámara; entre sus famosos movileros, Cacho supo sumar a Magdalena Ruiz Guiñazú
En la década siguiente la mayoría de los programas mantienen el mismo formato y las telenovelas incorporan niños y adolescentes como protagonistas: “Pelito”, “Andrea Celeste” y “Clave de Sol”. Con el cercano retorno de la democracia, en 1983, la televisión vive una suerte de destape y, tanto el lenguaje como su formato ya no será el mismo. Surgen así “La noticia Rebelde”, “Semanario Insólito, “Cable a tierra”, “Badía y Compañía”, las comedias “Mesa de Noticias”, “Los Hijos de López” y “Buscavidas”. Aparecen también nuevos unitarios: “Nosotros y los miedos” “Compromiso”, “Hombres de ley”, “Situación Límite”, “La bonita página”, “Atreverse”, todos abordando una temática más comprometida. Las telenovelas se hacen más creíbles, “Historia de un trepador” o “Contracara”, valen como ejemplo.
Hubo dos experiencias periodísticas que merecen destacarse, aunque su paso por la televisión fue muy breve “El Monitor Argentino” (dirigido por Roberto Cenderelli y conducido por Tomás Eloy Martínez y Martín Caparrós) y “El Galpón de la Memoria” (cuya segunda emisión fue censurada por el COMFER en 1987). Surgen muchos programas de entretenimiento, premios y de corte pasatista. Entre los más exitosos recordamos “Finalísima”, “Venga a bailar” y “Seis para triunfar”; aunque a partir de 1987 aparece uno de los programas símbolo de la siguiente década “Hola Susana” con Susana Giménez.
Sirva éste, como un breve pantallazo de lo que veíamos los argentinos.
Por aquellos años, las primeras horas de la tarde y el horario central de la noche, fueron copados por las telenovelas: “Rolando Rivas, Taxista”, “Pobre Diabla”, “Dos a quererse”, “Piel naranja”, “Pablo en nuestra piel”, “Estación Retiro”, “Me llaman Gorrión”, “Papá Corazón”, “Malevo”, “Un mundo de 20 veinte asientos” y “Carmiña” entre tantas otras. Así, la televisión se nutrió de una nueva generación de actores: Claudio García Satur, Arturo Puig, Claudio Levrino, Alberto Martín, Arnaldo André; y actrices como Soledad Silveyra, Thelma Biral, Beatriz Taibo, Gabriela Gilly y María de los Angeles Medrano.
Lamentablemente la televisión no pudo escapar del devenir político del país, tan es así, que cuando se sucede el golpe de estado de 1976, los canales, hasta ese momento en manos privadas, pasan a manos del Estado, de tal manera que las fuerza armadas se reparten un canal para cada una. A pesar de ello, uno de los máximos capocómicos argentinos pudo mantener su programa en el aire durante esa nefasta época: “Tato” Bores, con un altísimo nivel de humor, nos abría los ojos y nos hacía reír.
En esa década, con otro estilo de humor al que los argentinos parecemos habernos acostumbrado después de los noventa, nos entreteníamos con “La Tuerca”, “Humor Redondo”, “Hiperhumor”, “Polémica en el Bar” (con la inolvidable participación del inventor de la sanata en la televisión, el genial Fidel Pintos). “Operación Ja Ja”, “No toca Botón”, “El Chupete”, “Porcelandia” y “Fresco y Batata”, entre tantos otros.
Sin computadora ni Play Station, los chicos de esa época nos entreteníamos viendo a “Titanes en el Ring”, “El Club de Hijitus”, “El Circo de Gaby, Fofó y Miliky”, “Señorita maestra”, “Viendo a Biondi”, “El Circo de Marrone”, “Las Aventuras del Capitán Piluso”, “Las Aventuras del Zorro” y “El show de los Tres Chiflados”.
Los unitarios tuvieron su máximo exponente en “Alta Comedia” por Canal 9 y “Cosa Juzgada” dirigida por el recordado David Stivel, con los mejores elencos de la escena nacional como protagonistas. Las comedias “Viernes de Pacheco”, “Teatro como en el teatro”, “Gorosito y Sra.” y el “Teatro de Dario Vittori”, ponían humor a la televisión.
Los programas informativos, periodísticos y de interés general como “Derecho a réplica”, “Tiempo Nuevo”, “Pinky y la noticia”, “Buenas Noches, Argentina”, “El Abogado del Diablo”, “Mónica Presenta”, “La hora de Andrés”, nos mantenían informados. Jorge “Cacho” Fontana, trazó un antes y un después en la televisión al crear “VideoShow”, ya que fue el primer programa en utilizar una videocámara; entre sus famosos movileros, Cacho supo sumar a Magdalena Ruiz Guiñazú
En la década siguiente la mayoría de los programas mantienen el mismo formato y las telenovelas incorporan niños y adolescentes como protagonistas: “Pelito”, “Andrea Celeste” y “Clave de Sol”. Con el cercano retorno de la democracia, en 1983, la televisión vive una suerte de destape y, tanto el lenguaje como su formato ya no será el mismo. Surgen así “La noticia Rebelde”, “Semanario Insólito, “Cable a tierra”, “Badía y Compañía”, las comedias “Mesa de Noticias”, “Los Hijos de López” y “Buscavidas”. Aparecen también nuevos unitarios: “Nosotros y los miedos” “Compromiso”, “Hombres de ley”, “Situación Límite”, “La bonita página”, “Atreverse”, todos abordando una temática más comprometida. Las telenovelas se hacen más creíbles, “Historia de un trepador” o “Contracara”, valen como ejemplo.
Hubo dos experiencias periodísticas que merecen destacarse, aunque su paso por la televisión fue muy breve “El Monitor Argentino” (dirigido por Roberto Cenderelli y conducido por Tomás Eloy Martínez y Martín Caparrós) y “El Galpón de la Memoria” (cuya segunda emisión fue censurada por el COMFER en 1987). Surgen muchos programas de entretenimiento, premios y de corte pasatista. Entre los más exitosos recordamos “Finalísima”, “Venga a bailar” y “Seis para triunfar”; aunque a partir de 1987 aparece uno de los programas símbolo de la siguiente década “Hola Susana” con Susana Giménez.
Sirva éste, como un breve pantallazo de lo que veíamos los argentinos.
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